Comenzó como un juego. Nos transformó para siempre.
Noches de martes, una laptop y ganas de encontrar vidas y conocer sus historias. Múltiples. De todas las edades, ocupaciones, modos de ser. Cada un@ compartió sus gustos musicales, y cuando cuadró hasta les escuchamos tocando música en vivo en exclusiva. Redescubrimos sus infancias, juegos, anécdotas, viajes, interéses, dudas, respuestas, deseos, sueños...
Muchísimos meses de emitir desde locaciones, ambientes, espacios y situaciones muy especiales, como la cabina de un ómnibus de larga distancia, una chacra con perros cimarrones, patos y pájaros en las afueras de Montevideo, al borde de un lago patagónico, o co-conduciendo en dúplex Bs.As.-Esquel –a más de 2300 kms.– vía skype con oyentes durante 3 horas. Sin conocernos físicamente pero verdaderamente conectados. Sin sponsors ni principios ni fines comerciales. Pura vida y amor por la radio.
Con ese mismo amor, en el tiempo venidero aprovecharemos el silencio para mejorar el audio de los primeros programas.
Estamos seguros. Vas a alegrarte de darle al play y comprobar la belleza en tant@s tornad@s que abrieron sus corazones y nos convidaron su reflejo.
El tiempo no existe.